¿Alguna vez te has preguntado cuáles son las causas de la disfunción eréctil? Hoy, nos adentraremos en 20 razones detrás de la disfunción eréctil, abarcando desde el corazón hasta la mente, y desde la mesa hasta el gimnasio.
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil, comúnmente conocida como impotencia, se define como la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para mantener una actividad sexual satisfactoria. Puede variar mucho en gravedad: algunos hombres no logran nunca una erección mientras que otros pueden lograr una erección pero no mantenerla suficientemente como para tener relaciones sexuales satisfactorias.
20 causas comunes de disfunción eréctil
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Problemas cardiovasculares: La disfunción eréctil a menudo está vinculada a enfermedades cardiovasculares, aunque estas no estén manifestándose de ninguna otra forma. La mala circulación y la hipertensión pueden inhibir el flujo de sangre al pene, esencial para lograr una erección. Hoy en día sabemos que la disfunción eréctil puede ser un signo de alarma de que existe algún problema de salud más serio y por eso, ante cualquier caso de disfunción eréctil, es fundamental hacer una revisión general para valorar el estado cardiovascular.
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Diabetes y otras enfermedades crónicas: La diabetes mellitus, sobre todo cuando no está bien controlada, puede causar daño a nivel de los nervios y de los vasos sanguíneos, por lo que puede afectar a la función eréctil. 34% a 45% de los hombres con diabetes puede tener disfunción eréctil según la sociedad española de diabetes.
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Trastornos neurológicos: Enfermedades como la esclerosis múltiple, el Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas pueden afectar a los nervios implicados en lograr y mantener una erección.
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Desequilibrios hormonales: Los desequilibrios hormonales, especialmente en los niveles de testosterona y prolactina, juegan un papel crucial en la disfunción eréctil (DE). La baja testosterona puede afectar negativamente la función eréctil, mientras que la hiperprolactinemia, al disminuir la testosterona, puede causar trastornos sexuales. Además, la diabetes mellitus, al provocar complicaciones vasculares y neurológicas, es una causa común de DE. Los trastornos de la hormona tiroidea también están asociados con la DE, ya que tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden afectar la función sexual.
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Causas anatómicas: Este apartado abarca anomalías físicas en la estructura del pene que pueden conducir a la disfunción eréctil. Una de las condiciones más notables es la enfermedad de Peyronie, que implica la formación de tejido cicatricial en el pene, causando curvaturas o deformidades que pueden dificultar o impedir una erección. Otras anomalías estructurales pueden ser congénitas (como el hipospadias) o resultado de lesiones. Estos problemas anatómicos pueden afectar tanto el flujo sanguíneo hacia el pene como su capacidad para mantener una erección.
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Lesiones o traumatismos: Lesiones en la pelvis, la columna vertebral o los genitales pueden dañar nervios y vasos sanguíneos esenciales para la erección.
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Medicamentos: Existen múltiples medicamentos que pueden afectar a la función eréctil: por ejemplo: medicamentos antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos, antihipertensivos, etc. Sin embargo, es importante no realizar ningún cambio a los tratamientos sin antes consultarlo con un profesional de la salud.
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Drogas y sustancias ilegales: El uso de drogas y sustancias ilegales, como la cocaína, marihuana, y otros narcóticos, puede tener un impacto negativo significativo en la función eréctil. Estas sustancias pueden alterar tanto el sistema nervioso central como la circulación sanguínea, lo que a su vez afecta la capacidad de lograr y mantener una erección. Además, el consumo prolongado de estas drogas puede llevar a daños en los vasos sanguíneos y nervios, exacerbando aún más los problemas de disfunción eréctil. Es esencial abordar y tratar el uso de sustancias ilegales como parte integral del manejo de la disfunción eréctil.
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Tabaquismo: Fumar es un factor de riesgo importante para la disfunción eréctil. Se estima que los fumadores tienen aproximadamente el doble de riesgo de padecer disfunción eréctil que los no fumadores. El tabaquismo daña el sistema cardiovascular, lo que puede disminuir el flujo sanguíneo al pene. Además, la nicotina en sí misma tiene efectos constrictores sobre los vasos sanguíneos (es decir que favorece que se contraigan), lo que puede limitar aún más la circulación sanguínea.
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Consumo de Alcohol: El consumo excesivo de alcohol está estrechamente relacionado con la disfunción eréctil. El alcohol puede afectar negativamente la respuesta sexual y la función eréctil al interferir con el sistema nervioso central, disminuir la producción de testosterona y afectar el flujo sanguíneo. Reducir o eliminar el consumo de alcohol puede ser un paso crucial para mejorar la función eréctil y la salud sexual en general.
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Sobrepeso u Obesidad: Mantener un peso corporal saludable es vital para la función eréctil. La obesidad está frecuentemente asociada con la disfunción eréctil. La gravedad de la disfunción eréctil se correlaciona con la obesidad y las otras enfermedades que pueden aparecer a la vez (como por ejemplo, la diabetes o la hipertensión). Tratar estas condiciones puede mejorar la eficacia de los inhibidores de la fosfodiesterasa 5, usados para el tratamiento de la disfunción eréctil.
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Uso de esteroides: El uso de esteroides anabólicos está asociado con la disfunción eréctil. Estos esteroides pueden alterar el equilibrio hormonal, especialmente afectando los niveles de testosterona, lo que puede tener un impacto negativo en la función sexual. Además, el uso a largo plazo de esteroides anabólicos puede llevar a efectos secundarios graves que también afectan la función eréctil.
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Inactividad física: La inactividad física es un factor de riesgo para la disfunción eréctil. La falta de ejercicio puede llevar a problemas cardiovasculares y a un aumento en el riesgo de obesidad, ambos asociados con la disfunción eréctil. El ejercicio regular mejora la circulación sanguínea y la salud cardiovascular, lo que es beneficioso para una función eréctil saludable. Además, el ejercicio puede mejorar los niveles de testosterona y reducir el estrés, contribuyendo positivamente a la salud sexual. También puede mejorar la autoestima y disminuir el estrés y la ansiedad, lo cual es beneficioso para la salud sexual.
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Dieta pobre: Una dieta pobre y desequilibrada puede contribuir a la disfunción eréctil. La falta de nutrientes esenciales puede afectar negativamente la salud cardiovascular y el flujo sanguíneo, elementos clave para una erección saludable. Además, dietas altas en grasas y bajas en frutas y verduras pueden llevar a la obesidad y enfermedades cardiovasculares, aumentando el riesgo de disfunción eréctil. Parece una buena razón para hacer una dieta equilibrada y saludable, ¿no?
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Cansancio y /o sueño insuficiente: El cansancio, la falta de sueño o el sueño de mala calidad adecuado pueden contribuir significativamente a la disfunción eréctil. El sueño insuficiente afecta la regulación hormonal, incluyendo la producción de testosterona, y puede llevar a un aumento del estrés y ansiedad, factores que también impactan la función sexual. Un sueño reparador y regular es esencial para mantener una buena salud sexual. Además, cuando estamos cansados o somnolientos, el cerebro puede priorizar el descanso sobre la función sexual, lo que puede afectar la capacidad de mantener una erección.
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Salud mental: La salud mental juega un papel crucial en la disfunción eréctil. El estrés prolongado puede llevar a un aumento en la producción de cortisol, una hormona que, en niveles elevados, puede disminuir el deseo sexual y contribuir a la disfunción eréctil. El estrés o la ansiedad relacionados con el trabajo, preocupaciones financieras o problemas de relación pueden influir negativamente en la función sexual. La depresión puede impactar significativamente en el deseo y la confianza sexual, estando frecuentemente relacionada con la disfunción eréctil. A veces, los antidepresivos también pueden afectar, pero es crucial no modificar el tratamiento sin antes consultar a un médico. El manejo efectivo de la salud mental a través de terapias, y en algunos casos, medicación, es fundamental para mejorar la salud sexual.
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Inseguridades y baja autoestima: Inseguridades y baja autoestima también pueden ser factores contribuyentes a la disfunción eréctil. Las preocupaciones sobre el rendimiento sexual y la imagen corporal pueden crear un ciclo de ansiedad que afecta la capacidad eréctil. Abordar estos problemas a través de terapia psicológica y mejorar la autoestima puede ser crucial para tratar la disfunción eréctil relacionada con estas inseguridades.
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Mala relación con la pornografía: Una mala relación con la pornografía puede llevar a expectativas sexuales poco realistas y a la disfunción eréctil psicológica. El consumo excesivo de pornografía puede distorsionar la percepción de una sexualidad normal y sana y afectar negativamente las interacciones sexuales reales.
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Problemas de pareja: Los problemas de pareja, como la tensión y la mala comunicación, pueden contribuir a la disfunción eréctil. Un ambiente relacional conflictivo o insatisfactorio puede causar estrés y ansiedad, afectando la función sexual. La terapia de pareja puede ser beneficiosa para abordar estos problemas y mejorar la salud sexual. La mejora en la comunicación y la resolución de conflictos puede ayudar a aliviar la disfunción eréctil relacionada con problemas de relación.
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Disminución de libido o pérdida del deseo sexual: La disminución de la libido o la pérdida del deseo sexual pueden ser causas significativas de la disfunción eréctil (DE). Factores como el envejecimiento, cambios hormonales, estrés y problemas de salud pueden afectar el interés sexual. Tratar la causa subyacente, ya sea a través de terapia hormonal, terapia psicológica o cambios en el estilo de vida, puede mejorar la libido y, por lo tanto, la función eréctil.
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